La palabra sinuosa no espera en la cima;
la luz está en el fondo,
en lo profundo del algar.
En el minuto más céntrico del alba
se posan las camelias en el filo de la azada Seguir leyendo Regresar
La palabra sinuosa no espera en la cima;
la luz está en el fondo,
en lo profundo del algar.
En el minuto más céntrico del alba
se posan las camelias en el filo de la azada Seguir leyendo Regresar
Aquí postro para ti todos los soles,
toda galaxia muda,
toda garganta seca;
también los campos de amapolas
donde no quedan cenizos…. Seguir leyendo Frutos de tu boca
La dueña del oro
cantaba una canción dorada
y el resto de los hombres
los coros entonaban. Seguir leyendo Música hueca
Tú me tocas
y yo florezco como jazmín sedoso
que brota, entre hojarasca seca,
para deleitar al pueblo con su luz
de rítmica petenera; Seguir leyendo Tacto cósmico
Dime cómo derretir el fuego de tu boca
que desprende la savia nutritiva
de la que se alimentan mis desenfadados huesos,
y a través de fábulas prohibidas,
enséñame a caminar por las cumbres de tu locura
con mis pies planos y mis dedos ciegos.
Raspa en el remolino negro del ombligo,
haciéndome daño,
mirándome, loba.
Siembra los caminos roncos de la censura,
camelando al tiempo,
meciéndome, sola.
Hoy soy más yo que nunca y,
sin embargo, no acierto a escribir
con esta tinta negra
que se resbala sensualmente entre mis dedos.
Mi alma se abre al mundo,
mariposa noctámbula
de revuelo inacabado; Seguir leyendo Como pez en el agua
El mundo es un enorme saco de mierda
en el que los jóvenes,
como alienígenas extraviados,
fuman marihuana para abstraerse
del nauseabundo olor a estiércol
que se les atraganta cada instante
en el centro de las fosas nasales.
No es el pavor de los recuerdos
el que arrambla con el oxígeno de mi atmósfera,
ni los finos cabellos de la hierba muerta
los que asfixian mis delirios de grandeza.
Es mucho más,
es la estría,
Nada consigue llenar los silencios que me dejaste.
Mis pasos roídos son el carbón negro
que voy arrastrando hasta envolver las calles.
La luna me manda señales para que te llame;
pero el mundo entero me aplasta la boca,
y si es lo que toca, tendré que aguantarme.